Continúan los fines de semanas de precuelas de sagas fantásticas, y lo único que voy a decir es que cada una me parece bastante coherente con lo que he visto de ellas; en una cantan y se cagan a palos, en la otra se cagan a palos. Pero solamente me dedico a la de los domingos, porque en algún momento hay que poner el límite (y porque la otra todavía no me quedó claro exactamente cuándo sale). De todos modos, la mejor saga que regresa este 2022 para beneplácito de sus seguidores es Monkey Island, que este mismo lunes estrena su nueva entrega. Agradezcan que no salió el domingo, o esta reseña inútil iba a quedar más dada vuelta que el caballo de la Sra. Diabólicon.
Justamente, el platinado más guacho del reino regresó a su hogar, donde lo esperaba su media naranja. El problema es que él es alérgico a las naranjas. Ella lo recibió más o menos como un chiste de Condorito en el que el hombre vuelve mamado a las cuatro de la mañana, pero no se justifica la respuesta de Diabólicon (espantar al caballo de ella, dejarla incapacitada y luego asesinarla). Fue mucho hasta para él.
Mientras tanto, en la capital del reino la mismísima reina Aliciente despedía a su padre luego de haber sido despedido por su esposo. Hay una nueva Mano del Rey, con tanto carisma que sinceramente no recuerdo qué nombre tiene en la serie o si lo bauticé de alguna forma. Ottoby le dijo a su hija que tenga cuidado, ya que la sucesora al trono es una mujer, y cuando el pueblo se le ponga de punta y reclame a los herederos machitos, la dama quizás tenga que matarlos. Perdón por haber escrito una frase en la que recapitulo más o menos en serio. Lo cierto es que extrañaremos a Ottoby, y que con su partida la calle Corrientis aprovechó para estrenar su más reciente revista, A la reina se le va la Mano.
Su esposo, el jenga humano Viseris, andaba viajando por mar hasta la casa de los Cossis para cerrar el acuerdo matrimonial que venían cocinando desde hace semanas (o sea, años). Heredarien y Heredarion unirán sus casas y unirán sus camas. Incluso unirán sus cuerpos, pero a regañadientes. No nos adelantemos. El rey, que cada vez que baja de un vehículo se clava de cabeza, tuvo una recepción peor que la de los asistentes a Woodstock 99 o aquella Fiesta Final en la que te daban los panchos sueltos adentro de un vaso de plástico (el documental que se está perdiendo Netflix). Por más pazguato que sea, podrían haberlo esperado con unos sanguchitos o un jarabe para la tos, ya que andaba largando flema como loco. Tanto, que el conocido periodista Amarillister escribió en un pergamino: "Mala tos le siento al pazguato".
No se distraigan, que hoy arranqué tardísimo a escribir (NO ME ARREPIENTO DE NADA). La conversación entre Viseris y los Cossis tuvo un momento de tensión, cuando Espossis le preguntó al monarca desarmable qué sucedería con el apellido de los nenes de Heredarien y Heredarion. Quedaron en que serían Cossis, pero el primer descendiente cuando se siente en el trono será inmediatamente un Garcarien. Y con suerte a los tres días ya estará infectado por pincharse con las espaditas. ¿Es que acaso no inventaron los almohadones en ese universo?
En ese mismo momento, los prometidos caminaban por la playa teniendo la típica conversación que ocurre dentro de un matrimonio arreglado. A cambio del eventual cóctel de gametos para asegurarse la continuidad en el poder, cada uno tendrá sus canas al aire. Nunca mejor dicho, porque son los dos canosos. La de cabellera blanca tiene a Ser Tristón (que bauticé por un tonto juego de palabras y con cada episodio le hace más honor a su nombre... le faltan los lentes y es Milhouse), mientras que el otro tiene un gobierno de coalición, ya que mezcla cabellos blancos y colorados.
Ser Milhouse tiene otro plan. En pleno viaje de regreso, en un barquito así de chico donde se deben escuchar todas las conversaciones, le planteó a Heredarien la posibilidad de rajar, tomarse un buque (otro buque) y comenzar una nueva vida en las tierras libres esas en las que Daenerys se pasaba tres años caminando entre cadáveres y gobernantes pérfidos. Ya lo dijo el gran, el inmenso Podeti:
El asterisco es mío, como decía otra obra de la calle Corrientis. En fin. Obviamente la princesa le dijo que ni en pedo, que primero está el cargo (con todas sus ventajas), pero que tiene un arreglo con Heredarion, que todas las mañanas se desayuna un Ser, y no me refiero al postrecito. Sí, es el mismo chiste de Juego de Tronos. A propósito, pueden descargarse en forma gratuita la ver Guía Inútil con las reseñas de tooodos los episodios. Cuestión que a Milhouse no le hizo mucha gracia, porque rompió el voto de castidad al acostarse con Heredarien, y ya saben que en Westeros si rompés el voto te anulan.
Para peor, llegó un rumor muy feo a oídos de la reina Aliciente. El repartidor de pizzas de Loco por Mary le contó que a su amiga le habían llevado el famoso tecito de hierboprostol y esto confirmaría que había hecho lo mismo que un conductor de Uber en España (coger un tío). No se le ocurrió mejor idea que llamar a Milhouse, que es tan pelotudo que cayó en la vieja trampa de las comedias de pensar que la otra persona está hablando de él y terminar deschavándose. Pidió clemencia y la reina, que sabe que es mejor tener a un compinche vivo que a uno muerto, le dijo que se quede tranquilo.
Hubo una escena muy linda en la que el rey conversó con la nueva Mano sobre su legado, sobre el hecho de que no cantarán canciones sobre sus victorias porque no se cagó a piñas con nadie durante sus años en el trono, ya que logró mantener la paz. De esas charlas que si las tenía Tyrion estaban todos haciendo chilenas, pero como las hace este papanatas y el otro que ni sé cómo se llama, pasan desapercibidas. A mí me encantó y le dediqué un párrafo. ¡Salú, Viseris! (acá iría la foto de arriba de todo, pero la puse arriba de todo para que la mostrara cuando pego el link en Facebook, ya sé, a nadie le interesa eso, y son más de las dos de la mañana, pero a veces tengo esos pequeños arranques de escritura automática y puedo quedarme divagando durante preciosos minutos que podría estar dedicando a recuperar energías para el comienzo de una semana movidita... como de costumbre).
¿Qué más? ¡El casorio! O, mejor dicho, una de esas cenas de ensayo que hacen los yanquis (y los Garcarien). En aquella época parece que el que llegaba único era el que la tenía más grande, así que sobre la hora empezaron a caer lo más importantes, como los Cossis, Diabólicon, y en el medio de El Discurso del Rey... su esposa. Vestida de verde, que es como una declaración de guerra o es que le había gustado mucho Shrek.
¿Entendés? Porque en El Discurso del Rey, el rey era tartamudo. Como Porky. No, no tiene nada que ver con La Casa del Dragón, excepto porque el rey estaba dando un discurso. No me pelees que es tardísimo. Tardísimo, TARDIS, debe haber un chiste con Diabólicon, que fue protagonista de Doctor Who, pero no me da la cabeza.
Los futuros esposos bailan en el medio del salón (error de concordancia, creo que venía contando en pasado, me chupa un huevo) y la mitad de los presentes los mira con cara de orto. El colorado porque su amado baila con otra, Diabólicon porque su sobrina baila con otro, el primo de la que se murió al principio porque Diabólicon la mató, la reina porque su hijastra anda con Milhouse, y Milhouse que parece estar en aquella escena en la que el profesor terminaba gritando: "¡Nadie quiere a Milhouse!"
Hubo tiempo para que los Incestarien/Garcarien tuvieran su momento de cachondeo, que fue interrumpido por una barahúnda. El colorado se acercó a Milhouse/Tristón y le dijo "Vamos a ser amigos, ya que los dos somos Pata de Lana de los reyes" y para el caballero (que como en la película de 1953 las prefería rubias) fue la gota que rebosó, rebasó y rebalsó el vaso. En una de esas escenas de violencia tan características de los últimos años, le desfiguró la cara hasta matarlo al colorado. Calculo que el juez era Matonte, ya que ante el hecho aberrante solo se oyó un "siga, siga" y el despechado salió lo más pancho mientras la cara del colorado era un pancho, pero de esos que ponés un minuto en el microondas y explotan desde adentro.
Semejante quilombo obligó a apurar el casamiento, no fuera cosa que Heredarion se arrepintiera luego de la muerte de su yogurcito. La ceremonia fue íntima, mientras que Milhouse se aprontaba para un seppuku pero fue salvado a último momento por la reina, que seguramente era parte de la misma terna arbitral. La cosa se está picando, como la piel de Viseris, y para el domingo que viene quizás haya un salto de 800 años y la serie se convierta en secuela de Juego de Tronos. Qué sé yo, estoy re dormido. Pero no lo suficiente como para olvidarme del link de donaciones. Que es simbólico en tanto voy a seguir escribiendo igual, pero que sirvió para que me comprara un hermoso libro, que todavía no llegó a Montevideo porque lo voy a consolidar con otra boludez. En fin, Valar Pernoctulis ("todos los hombres deben dormir").
1 comentario:
Brishante, as usual
Publicar un comentario