jueves, 7 de abril de 2022

Según mis cálculos

Ah, ¿querían algo de actualidad? Mentira, ni sé lo que quieren. Esto es lo más parecido a un diario íntimo que he tenido desde que a los veintipoco usaba la agenda anual para después acordarme de qué día había hecho qué cosa. Pero bueno, esto fue ayer. Ayer/hoy. Hace un ratito.

En un momento de la noche, prácticamente de la nada, comienzo a sentir un dolor inenarrable en la parte izquierda de la parte baja de la espalda. Hacé un diagrama vos, yo tengo otras cosas que hacer. Un dolor que no había posición ni movimiento que lo hiciera aflojar ni un poquito. Un dolor tan fuerte como el de la caja torácica cuando tuve Covid-19, con la diferencia de que aquel dolor se me fue a los tres minutos, y acá pasó media hora y seguía sin poder concentrarme, ni relajarme, ni dejar de farfullar que me dolía muchísimo. Supongo que habrá dolores más fuertes, pero nunca me han tocado.

Llamé a la ambulancia, descartando cada vez más la posibilidad de que fuera algo muscular y recordando a mi viejo recordando (sí, dos veces "recordando", es a propósito, porque es un pasado del pasado) cuando sufría cólicos. Y dicho y hecho, la doctora a dos metros de distancia sabía lo que me estaba pasando. Me dieron calmantes intravenosos, pero ni con dos dosis sirvió para bajar el dolor, así que esperé a una ambulancia y fui trasladado a un nosocomio. Por el camino ya me iba sintiendo mejor, mientras el nuevo doctor hacía varias veces el chiste de que ya estaba aprobado mi cirugía de implantes mamarios.

Hubo ecografía y habrá seguimiento con medicina general y urólogo. La anécdota no tiene grandes momentos (salvo que consideremos el humor ochentero del segundo doctor), pero sirvió para generar nuevo "material" de vida. Y como dicen los cuadro de Mafalda: "Paren el estrés que me quiero bajar".

2 comentarios:

That 50's sound - El sonido de los 50's dijo...

Se siguen usando los comentarios?

Nacho dijo...

Pasaron de moda.