Escritura "Automática"

Y lo puse entre comillas en el título en honor al disco de Astroboy que están prometiendo desde hace rato y aparentemente llega ahora nomás. Comprenlón.

Hoy tuve algunos datos fidedignos de la venta de los libros y por suerte todavía quedan incrédulos que lo están comprando. De hecho es todavía más significativo que existan un montón de incrédulos que estén comprando "Sobredosis Pop", pero bueno, quién sabe, capaz que hay esperanzas después de todo (yeah, right).

Recibí mi revista Frigüei (estoy suscripto, porque es una revista que se regala en centros de estudio y locales nocturnos, y nunca estoy en ninguno de los dos). La tapa era con el efecto ése de los lentes tridimensionales. A los quince segundos me dolía la cabeza y a los dos minutos me dolían hasta los huevos. Pero bueno, espero que sea un gimmick y que por un buen rato no repitan esa chanchada. Lo único que falta es que en el próximo pongan la bosta del "Ojo mágico" que nunca la pude ver. Nunca. De hecho puede ser todo una gran confabulación contra mí, pero no les voy a dar el gusto comprándome uno de esos libracos. Prefiero seguir buscando a Wally.

Qué buenos que están los libros de buscar a Wally. El tipo que los dibuja, además de tener unas bolas de oro (qué genital que estoy hoy) mete cientos de chistes en cada spread. Me falta el último, pero no me da la cara para comprarlo, terrible pelotudo soy, a no ser que lo vea en oferta por ahí. Capaz que la próxima vez que vaya a la feria, lo que me recuerda...

Hay que idear una buena estrategia para la ida a la feria. Los espacios físicos para transitar hacen difícil que diez o quince tipos deambulen todos juntos para arriba y para abajo. Propongo que nos dividamos en grupos de a dos (¡elijo pri!) y tengamos un tiempo límite para comprar baratija/s por un valor máximo de cincuenta pesos, permitiéndose (pero no encourageándose) el regateo. La otra persona se encargará de fiscalizar que el tipo no se pase de listo y compre terrible lámpara de pie del Pato Donald que en realidad salía setenta y cinco pesos. Pasado el rato nos encontramos en punto a convenir, nos dirigimos hacia alguna parte de nuestra ciudá y se realiza el revisaje de las piezas y la entrega de algún premio. Por el premio no se preocupen, yo compro alguna boludez, como hago en el gran concurso de los Óscar.

Y ya que estoy les cuento, aunque faltan muchos meses, acerca del gran concurso de los Óscar. Cuando salen las nominaciones, yo las hago llegar a un selecto grupo de personas, y a partir del año que viene, serán publicadas en el blog, o en la lista, o en los dos. Whatever. Walter Heber. Ustedes me mandan quiénes creen que van a ganar (no lo que les parezca mejor, sino lo que votarán los miembros de la academia) y el día de la ceremonia hay premio para el que acierte más categorías. El Sr. Moe puede testificar de la ampulosidada de alguno de los premios entregados en las cuatro ediciones pasadas. Históricamente nos reuníamos en mi cuarto a ver la ceremonia y comer unas muzzas (eso sí lo paga cada uno), pero si esta vez participa más gente no sé qué mecanismo implementar, porque en mi cuarto más de siete u ocho no entran. Capaz que puede haber más de una sede... no sé, no lo he pensado todavía, y recuerden que esto es escritura automática.

Automática me recuerda a Automac, y todavía estoy saltando en una pata por el Mc Donald's que van a poner en la esquina de casa. Hasta hace un mes era un baldío de mierda, ahora va a ser la primera opción cuando con los muchachos no sepamos que comer. Qué me revienten las arterias, pero yo me quiero morir con una sonrisa, no como esos viejos del orto que viven a galletas macrobióticas y ponen una cara que parece decir "matame, tené piedad". Y si por casualidad vivo más que ellos (¡ja!) les hago pito catalán desde abajo. Desde el averno, que es donde voy a terminar por haber hablado mal de Rosario Castillo. Y eso que ya quisieron matarme, o no recuerdan a los francotiradores de Punta Carretas. Fue famoso porque una bala dio en la casa de Sanguinetti. Pero nadie sacó la cuenta de que mi casa está casi pegada a la del cejardi. Y que el otro balazo dio en la casa que también está casi pegada a la mía pero PARA EL OTRO COSTADO. Las hipótesis que manejo son dos: los pibes eran los sobrinos de Rosario, y ella siempre les daba chupetines y los dejaba jugar con el peluco, y por eso se ofendieron, o fue ella en persona la que me disparó desde el edificio Greenfield, y utilizó como chivitos canadienses expiatorios a esos dos mozalbetes, pensando que igual como eran menores de edá no iban a pasar mucho tiempo adentro. Sí, pero que se los habrán pasado pa' la cueva a esta altura, nadie lo niega.

Bueno, fue bueno reeeencontrarme con ustedes en un post a la vieja usanza. Existen posibilidades de que ahora que he encontrado la forma más adecuada de postear en el blog (esto es, escribir la primera basura que se me pase por la mente) pueda convertir este ejercicio en algo regular, no como cuando me dieron los ejercicios de Higiene de Columna que yo le mentía a la gorda y le decía que los estaba haciendo y ni siquiera sabía en dónde había dejado los papelitos.

Por otra parte, en un futuro muy cercano casi con seguridad arranque una columna en un programa radial (ampliaremos). O sea que ahí sí voy a tener que comeuppear con algo semanalmente. Entonces, lo primero que se me ocurra en la semana, va para la radio, y si hay más, para el blog. Y capaz que posteo acá lo que digo en la radio, para los que no lo pudieron escuchar. (Y para ocupar más espacio de blog, que lo tengo medio abandonadete)

Qué placer haber vuelto al ruedo. Parece que he podido combinar lo bien que estoy con las ganas de escribir. Este puede ser un día histórico. ¿Significa esto que algún día podría salir un tercer libro? Meibí, ahora, el año que viene, ni a gancho. Adiós amiguillos (si es que todavía queda alguno por ahí después de tanta sequía). Nos veremos pronto, I (bob) hope.

Nacho
"ya era hora, ¿no?"