El misterio del captor inoperante

Llego a casa y el familión estaba revolucionado. ¡El captor no anda! Sabido es que el consagrado electrodoméstico (regalado por mí a ellos una Navidad hace unos años) se ha convertido en elemento de consulta permanente, especialmente por mi hermana. Pero mis viejos también se preocuparon.

Venía funcionando de a ratos a causa de un falso contacto. Pero eso era totalmente explicable. Acá el captor estaba encendido, y mi viejo llamaba y llamaba desde su celular. Y el gizmo se seguía haciendo el sota. No te digo que el viejo estaba sudando pero se carcomía por dentro (más de lo habitual). Mi vieja caminaba por ahí, la única que le daba pelota al perro, pero con el rabillo del ojo atenteaba el Asunto Tornasol. Ella también quería saber por qué coño no andaba.

Introdúscase en la historia al mejor detective desde Sledge Hammer: moi (muá). A pesar de venir con ocho horas de laburaje encima, acepté como mío el desafío. Me quitá la pesada mochila que en realidad es sólo un pedazo de tela que cubre la gigantesca joroba que tengo en la espalda y fui hacia el comedor.

Mi viejo (una vez más) llamó desde el celular. El aparatejo apagó sus cifras, pero no marcó nada. Se miraban. Me miraban. Mierda, dependían de mí, aunque no lo admitían. Como siempre, bah.

Yo puse mi mejor cara de circunstancia, y con una tranquilidad ante lo desconocido que pondría celoso al mismísimo John Constantine les dije: "les cortaron el servicio por lo pagar el teléfono".

El captor es un servicio pago, y cuando te atrasás te cortan las llamadas salientes y todos los demás chiches. Hace unos días llamaron de una contestadora desde Antel para notificar que nos estaban por cortar el servicio. Todos en la casa lo sabían (más ellos que son los que lo pagan, yo pago el cable, el ADSL y la UTE, por ahora nada más). Pero el único que puso 2 y 2 together fui yo.

Mis viejos se miraron. Me miraron. Me felicitaron (posta). Mi viejo extendió su mano humillada y yo, buen perdedor pero mejor ganador, la acepté.

Así que ya saben cibernautas: se encuentran ante un verdadero sabueso del conocimiento. Pero no de esos que descifran los ejercicios de pensamiento lateral con los pececitos y la ventana abierta. Esas garchas no. Yo soy un detective posta, como Batman. O el Detective Marciano. Ese lo conocen pocos, ahora es más famoso porque lo pusieron en los dibujitos de la JLA, pero históricamente el loco es la masa, el único superhéroe que estuvo en todas las encarnaciones de la Liga de la Justicia: la del Año Uno, la de la Era del Satélite, la de Detroit, la Internacional (la de Giffen y su Bwa-Ha-Ha-Ha, mi favorita), la basurita que estuvo antes que la de Morrison, la de Morrison (con los 7 grandes: Superman, Batman, Mujer Maravilla, Aquaman, Linterna Verde, Flash y el Detective Marciano) y lo que tenemos ahora, que es una mezcla medio rara antes que la serie la agarre Busiek sobre fines de este año, prometiendo una buena historia basada en su comic de JLA-Avengers.

Mierda, me colgué salado a hablar de comics. Cuando quieran ahondar en algún asunto de esta índole (me especializo en el Universo DC, el mejor por lejos) me avisan. O cuando precisen un detective, por supuesto.

Nacho
"Detective de Señoras no, que después me muero"