
La última vez que había visto a la selección uruguaya en vivo, fue en 1995. Tribuna Ámsterdam. Final de la Copa América, con el torito que nunca volvió a aparecer, la poca garra que tampoco volvió a aparecer y los goles y los penales que pasaron todos todos todos en la Colombes.
Fue una entradilla de regalo la que me devolvió al máximo escenario junto a la celeste (gracias Macromercado). Hacia allí me encaminé con tiempo suficiente para esquivar hordas de pedigüeños y hordas de familias que van a ver a Uruguay. No sé cuál de los dos grupos humanos me saca más de las casillas.
Al llegar encontré una zona de exclusión, que como un filtro parecía preguntarte "¿estás seguro de lo que estás haciendo? Mirá que tenés 200 metros para pensarlo, cambiar de opinión, volver a tu casa y mirar un DVD". Pero por alguna extraña razón, seguí adelante.
Por el camino encontré puestilios vendiendo parafernalia celeste. Pregunté precios solamente para exponerlos por este medio. 250 mangos una camiseta celeste, con el diseño nuevo que nifunifá. 250 mangos por una bandera uruguaya, de esas que después no podés lavar porque caés en cana. Carini. Pero ya habrá tiempo para mencionar al portero charrúa.
Entré. Como tantas otras veces que acompañé a la violeta en torneos continentales, o en liguillas. Contra los grandes ni me acerco, ese día el pedigüeño va más de pesado.
Y allí estaba, viendo el placard que dice "2030", como presagiando la fecha de inauguración del mismo, y luciendo mi remera con el nombre de este país separado en sílabas.
Ur-ugu-ay.

¿Qué decirles del partido? Que me acordé todo el tiempo del proveedor de las entradas (¡¡¡gracias Macromercado!!!). Y que logró lo que siempre logra un encuentro de la selección nacional: aburrirme y enojarme.
Durante el primer tiempo casi me duermo en reiteradas oportunidades. Quizás estuviera ayudado por las dos hamburguesas completas que me comí. Y cuando dije completas... yo me refería a tomate, lechuga y aceitunas (que la señora del localcito colocaba como quien retira piecitas del "Operation"), pero ella pensó que mi comando incluía la mayonesa, la mostaza y una salsa naranja fluorescente. Sólo quería mayonesa.
En el primer tiempo no insulté, pero me dediqué a escuchar los insultos del público, testigo una vez más del cuadro más anodino en la historia de las selecciones. En serio, un día vamos a darnos cuenta de que somos espantosos, y todo va a ser mejor. Mientras tanto, seguimos aspirando a clasificar a los mundiales.
Carini no atajó tan mal. Se comió el gol porque la pelota rebotó en un defensa. Pero como juega regalado en ese puesto desde hace una década, está muy bien que no se le perdone una. Sí, está muy bien. Ponete las manos, muerto.
Sobre el final del primer tiempo empecé a pedir a Recoba. Soñaba con una Tribuna América coreando el nombre del más rechazado de los futbolistas celestes (si Peñarol alienta a Carlos Bueno, ¿por qué no podía pasar?). No prosperó.
Durante el entretiempo sortearon varios celulares Ancel con tecnología 3.7G. Una de los ganadoras ya retiró su premio. La vemos en la fotografía.
El segundo tiempo cambió aburrimiento por enojo. Así, como para variar. El limitado toque de los colombianos parecía aquella trencita que hacían los Globetrotters, pasándose la pelota sin tocar al piso y mareando al rival de turno.
Pero claro, la cosa no podía terminar así. El segundo gol cafetero despertó un miligramo de rebeldía en la oncena de burgueses (con alguna excepción, expresión vaga con la que me atajo por todos lados). Así llegó el primer gol, que no grité, y el segundo, que festejé porque no me gusta perder ni al robamontón.
En medio de mis gritos, veo que el botijita que hizo el gol nos hizo señas. A mí y al resto de los puteadores de la América. Te estoy hablando a vos, Suárez. A ver si nos entendemos. Sos tan culorroto, pero tan culorroto, que te arrastrás como una babosa 80 minutos seguidos, y porque hiciste un lujito al final del partido nos viniste a reprochar.
Andá a lavarte las tetas con líquido abrasivo. Difícilmente vuelvas a verme en el estadio, salvo que Macromercado quiera torturarme otra vez. Pero vos dormí tranquilo, pensando que la redención es ponerle una guinda a un pastel hecho de bosta.
Ah... Cómo necesitaba desahogarme.
26 comentarios:
Jajaja...no porfavor....no creas que me rio de vos!...me rio con vos!!....jajaja...
Si, se que suena cruel, pero no hay nada mas deprimente que ver futbol, mejor dicho si hay algo ams deprimente que ver futbol, ver a la seleccion...aunque claro si la entrada va de arriba, es todo una tortura, porque le obliga a uno a trasladarse a la tortura. Como muchas de mis congeneres no entiendo nada de futbol, pero, ver a uruguay es un bodrio, y yo mi estimado ya no tengo la ilusioo de que calsifiquemos para un mundial, y si la tuviera, jeje, ya se de antemano que no vamos a ganarlo ni ahi.
Antes de terminar, me gustaria preguntar a todos en general y a nadie en especial, QUIEN ES EL QUE TRAE A RECOBA!!!???? por dios, nadie se da cuenta que el tipo no encara ni para atras?, en mi opinion es un asco jugando, y no es la primera vez que lo hace PESIMO, por lo que me pregunto para que m... sigue viniendo?. Bueno ya hecho mi descargue celeste, mis respetos a los fanaticos, jaja
Callate la boca. No te das cuenta de que sos tremendo muerto de frío? Me das asco.
Te amo.
Y vos le das las gracias al macro? Deberias hacerle un juicio!!!! Uruguay es patetico, hasta en fobal somos pateticos. A pesar de que yo en tu lugar me quedaria en casa a recordar a los muppets, excelente post sobre un hecho totalmente cruel como ver a la ¿gloriosa? celeste
Un saludo!
La salsa naranja se llama picantina, por la descripción me parece que es a la que te referís.
Abajo, en negro y chiquito, dice "Olé Olé"?
Escuché que Daniel Lucas dijo que No Country For Old Men se lleva los ocho! Creo que esta vez le voy a creer al hipopótamo! En unos días mando mis candidatos... habrá ceremonia?
Es cierto lo del sorteo? No sé hasta que punto soy tan naive. Ja.
Nunca fuí al estadio, si alguna vez llego a ir...espero comprar una remera que no provoque querer suicidarse a los profesores de literatura. Ahi está, los que no salvan literatura, diseñan camisetas; zafé ;). (Sos una excepción).
Lo de la "Reina del Carnaval", está todo arreglado, el Tano puso cash, bien podría haber invertido en mejorar su sonrisa antes de presentarla a la sociedad de ESA (humillante) manera.
Salú desde el más acá.
Habichuela
Tu remera está guay. ¿O g-uay? ¿o gu-ay? ¿o guay-?
En fin. Quise decir que está chachis.
(?)
Ta, ponele que hace mucho que no veo a Uruguay y más tiempo aun que no voy al Estadio, pero me gustó este post. Es vieja escuela. Que buenos tiempos en aquellos en los que las mujeres te odiaban, la fama te era esquiva y tenías mucho tiempo al pedo el cual dedicabas al blog.
Saludos, FABRO.
Si el Ovación tuviera este estilo para informar sobre el fútbol tal vez lo leería alguna vez.
El Lagartijo de Ned: sí, preciosos esos tiempos. Todavía tengo en mi cajón los objetos filosos que usaba para hacerme cortes y llamar la atención.
nacho, lo que es regalado al final sale caro!
acordate del fotolog... tantos años tirados por la borda.
Uff! volver de Valizas (como yo) para ver ese decadente espectáculo de hombres-burros correr detrás de algo que los rechaza en todas sus expresiones, es algo de lo más desalentador. Cuando me bajo en tres cruces y me tomo el bondi para volver a mi casa, con la Backpack, la carpa y un bronceado ARDIENTE, lo primero que me pasa es que se sube uno de esos nenitos indigentes a cantar una canción que si mal no recuerdo era la de ese guri que la mama lo dejo en no se donde, la de los andes, esa del libro corazón. Ah! no, después al bajarme del bus me tropiezo y casi ruedo por 8 de octubre, desde comercio a piccioli masomenos, pero solo casi eh?. bueno ta!, llego a casa y estaba comenzando el partido... Temí lo peor... y así fue: una reverenda bosta de toro. TE compadezco Nacho que te lo hayas tenido que fumar de la planta misma.
jeje
lo de recoba estuvo bueno!!!
la selección es magica, no hay manera de q no te enojes, juegue quien juegue.
Q suerte tiene la hija del tano, espero que uno de los hijos del vela Yern no termine saliendo Mister Uruguay
igual vamos a dejar algo claro nacho, vos sos de Defensor, nunca vas a poder disfrutar de un partido de futbol.
Voy a citar al Gran Gustaf y "sólo para reir" te pregunto de qué cuadro sos...
En mi caso gané no solo un par de entradas para ver a la selección, sino también una camiseta oficial (que obviamente me queda gigante), todo cortesía de TCC. Fue el año pasado para Uruguay-Bolivia. La celeste ganó 5 a 0 y además el día estaba precioso, todo muy disfrutable. Una de esas raras ocasiones en las que la suerte está de mi lado.
Saludos!
Yo ya no saco mi bandera uruguaya por los partidos de la selección, ahora lo haga cada fecha patria y la pongo en la ventana de casa y ojala el mundial del 2030 no nos caiga, no tengo ganas de pasar vergüenza.
Qué interesante. Ahora qué? Contarás tus peripecias en el súper, si salivás cuando vas caminando, si te quedaste sin papel en pleno acto, si sos de mucho pestañear? Qué más de tus excitantes vivencias vas a compartir para que un vejiga como yo las lea?
Tengo la anécdota del pelotudo que se creía vivísimo cuando dejaba commentarios en el blog, ¿la conocés?
del bolso nacho, y por mas que no te guste, vivi muchas mas alegrias que vos en lo futbolistico (a nivel local, seamos claros, a nivel internacional no tenia uso de razon como para saber que eramos campeones de america y del mundo). Y te aclaro de antemano que me importa poco si un equipo lleva mucha o poca gente a la cancha, pero como filosofia de juego, la de Nacional es totalmente contraria y superior a la de Defensor historicamente, por lo cual se que con ese paladar futbolistico que tenes no vas a disfrutar nunca del futbol.
Creo que estás confundiendo ese supuesto "antifútbol" con el "fútbol total" que practicaba el Profesor De León, ese que te hacía el pressing en toda la cancha y cuya principal estrategia para defenderse era "tener la pelota nosotros".
Pero bueno, lo tuyo debe ser rencor después de decenas de clásicos perdidos contra alguien que te gana "a lo Peñarol". Excluyendo el divertidísimo presente, claro.
Que buen relato de una desventura...
Sí. También conozco el cuento del pelotero que se hace pasar por irónico y resume ésta a dos líneas, y cuando recibe mamadas por doquier despilfarra amabilidad, tino y nunca malas palabras... menos agrasivas, como pelotudo.
Conocés ese cuentito? Es chiquito
Guau. Esos botoncitos son fáciles de apretar. Yo rechazaría empleos de atención al público.
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