Nostalgia pero esto es el colmo (nostalgia de cuando no existía la luz eléctrica)

Les escribo desde mi computadora, conectada a un cable kilométrico que sale de un enchufe recóndito que por suerte pertenece al circuito eléctrico de la casa de mi abuela. Porque en lo que respecta a nosotros, seguimos sin luz. Jueves de tarde y sigan contando.

La tensión que les representa a los miembros de mi familia el hecho de carecer de energía está presente en mí también, pero en forma de incomodidad inconsciente. No extraño la tele, o la radio... es como que me molesta carecer de las libertades que me provee la electricidá... no es fácil de explicar. Estoy inapetente, por ejemplo, pero eso me pasa tan seguido que no sé si culpar al temporal.

Pero sería repetitivo hablar de los destrozos del viento, cuando quiero dedicarme a lo único que el viento no pudo destruir: la carpa de Océano (que nadie se explica cómo aguantó). La noche de ayer fue la tradicional Noche de la Nostalgia. Que vista desde adentro (por primera vez, porque es la primera vez que salgo un 24) no es tan nostálgica, así que en realidad de lo que estoy en contra es de su nombre, pero cómo luchar contra una marca registrada de casi 30 años.

Las canciones que pasaban eran en su mayoría las mismas que se pueden escuchar en una fiesta de casamiento, con la ausencia del pop latino. Nada que quejarse.

Arrancó tempranito, pasáronme a buscar (ahorro en transporte, BIEN), pero me dijeron que la fémina que iba a utilizar mi entrada al final no vendría (ellas huelen la desesperación, MAL). Llegamos bastante temprano a la radio.

Saludo va, saludo viene, y yo como hombre sediento de aire (aunque suene raro) me quedé en la vuelta del estudio principal, por si precisaban algo. Y así fue. Entre mails de personas que recordaban la fiesta desde la diáspora, aparecieron los mensajes de mujeres que se habían quedado sin entrada para la fiesta, y yo, ni corto ni perezoso (por única vez, porque suelo ser muy corto y muy perezoso) me candidateé para “donarles” mi otra mitad de la entrada. Al rato las líneas telefónicas estaban colmadas y todo eso que es esperable. Pero no pude decidir, así que todas se quedaron con las ganas.

El comienzo de la fiesta lo pasé tranquilo, en la zona de DJ de la pista rápida (cada vez que pasaba por la pista de lentas, tanta gente apretando me daba náuseas, y mi único mecanismo de defensa era abrazarme a mí mismo). Pero al rato los compañeros comenzaron a agitar, y me invitaron a acompañarlos. Sintiéndome menos paleta debido a la invitación, me apersoné en la pista.

Y por enésima vez le saqué viruta al piso. Con la dificultad de contar con menos decímetros cuadrados de espacio vital para desarrollar mi serpenteante bailoteo. Pero con poquito me comí cruda la fiesta. Como la onda era de grupete, no quedaba como un ezquizoide bailando solo, y cuando algún compañero iba a buscarse un beveraje, quedaba a cargo de su acompañante, al mejor estilo de los suplentes en las entregas del Oscar, que ocupan la silla vacía cuando una gran estrella va al baño. Sí, bastante correcta la analogía.

El hecho más significativo de la noche fue la foto que nos sacó un conocido miembro del jet set uruguayo. No sé si lo ubicarán, pero tiene una columna de chismes uruguayos (la única, imagino) en Ultimas Noticias, y trabajó en el programa del verano de VTV como chismólogo. Me imagino que mi bigote nostalgioso y las bonitas damas que en ese momento bailaban conmigo (sus acompañantes andaban en la vuelta) le habrá llamado la atención. Sólo sé que por primera vez deletreé mi apellido a un fotógrafo de eventos, y éste me confirmó que la foto saldría en Ultimas Noticias o en Utilísima (creo no haber escuchado, mal, ¿no sale como suplemento de Ultimas Noticias?). Estén atentos el viernes.

Metí varias horas seguidas de cachengue. Después todos fuimos achicando. Quedaba un montón de gente anónima disfrutando la fiesta, pero yo volví al backstage y a los estudios de la radio, en donde la charla siguió hasta las 6 y media de la mañana, cuando me trajeron hasta casa (otro ahorro en transporte, BIEN).

Me voy porque el cable del que robamos luz es muy frágil y tengo miedo de perder todo lo que escribí (sí, podría respaldar, ¿pero dónde está la emoción en eso?).

Nacho
“propongo la Noche de la Noche de la Nostalgia, ocho horas seguidas pasando Rivers of Babylon”