Febrero es más corto

Qué semanita. No tuve tiempo para sentarme y mandarme una eterna reflexión acerca de la gente que se come las uñas de los dedos de los pies, o de cuál es Budapest y cuál es Bucarest. Siempre me las confundo, pero cuando estoy jugando al Trivial siempre la emboco. Por algo soy más imbatible que los merluzos que van al programa de Susana Giménez. El lunes no me acuerdo qué hice. No cuenta. Las cosas empezaron a sucederse después. El martes mis viejos metieron 27 pinos de casutos, y 36 desde que se pusieron de novios. Mierda que pasa el tiempo. Y si todavía no se han asesinado es prueba suficiente de qué se quieren. ¿Cómo un matrimonio que se quiere pudo engendrar una criatura que detesta todo lo que lo rodea? Habrán vivido cerca de una central nuclear a mediados del año 1979. Como cualquier martes de la historia, devino en miércoles cuando pasaron las 23:59. Y ese miércoles marcó mi regreso al espacio "Paro de Sufrir" en Sonamos. Estoy tratando de mutar mi visión hiperpesimista del mundo para este año. Voy a inyectarle algo de falsa ataraxia y desdén. Ojalá siga disociándose el personaje radial del personaje real. Y la campaña "El yerno ideal" se transformó en "Ustedes se lo pierden", de manera de trasladar la responsabilidad al género femenino de capturarme antes de salir del mercado. Como dije y repetiré, en esta Arca de Noé habrá salvación sólo para una. Peléense entre ustedas. Y hoy tenía que expertear en "Bien Despiertos" (próximamente "Bien Expertos"). Había prometido fotografías exclusivas de mi entrevista con Bob Esponja (hasta hoy en carácter de preestreno, mañana ya arranca en el circuito comercial postalina). Pues bien, calculaba sacarlas a eso de las once de la noche, justo antes de que mi hermana, camarógrafa ocasional, se fuera a descansar, ya que arranca las mañanas mucho antes que yo. Pero cuando me disponía a cenar unos fideuttos con total tranquilidá minutos antes de las diez, llámome por teléfono el alma máter de la mítica Barra de Leo, o lo que queda de ella, cuatro matungos que supimos compartir el fondo de la clase de Ciencias de la Improvisación. Cómo rompíamos los huevos. Me saqué las ganas de hacer algunas gamberreadas -inocentes- que en el liceo no hubiera soñado. Volviendo a este trío de corrompedores, me llamaron pa'visarme que nos juntábamos a ver el partido de Uruguay, burda, burda, burda, burda excusa para charlar un rato y bardear a todos y cada uno de los seres humanos que no estuviera en esa reunión. Pero E.T. aquí que todavía no había sacado las fotos, y el partido empezaba en diez minutos. Obligué a mi hermana que terminara sus fideuttos y comenzaron quince minutos de la sesión fotográfica más bizarra que uno pueda imaginar, que incluyó a mí babeando mi almohada de Bob Esponja, a mí duchándome junto a un muñeco de Bob Esponja, a mí sosteniendo mi esponja privada junto a Bob Esponja (¿habrán salido los pelonchos en la tele?), y a mí ataviado de un toallón de Bob Esponja. Las fotos salieron, la reunión salió, me acosté a los cuatro de la matute, pero hoy de mañeca esas fotos hicieron furor en las pantallas de La Tele. Bienaventurados quienes pudieron disfrutar(me). También era el cumpleaños de un amigo, pero no pude ubicarlo, y además tengo la info de que su festejo es en unos días, así que no me caliéster. Mañana tengo radio de vuelta (febrero sale miércoles y viernes). Y es el cumplaño de otro amigo de los más pulenta. Poco de escritura automágica y mucho de agenda personal retroactiva. Buena definición, el diarito pedorro es una especie de agenda personal retroactiva. Queda registrado. No como la idea de decirle desfibrilar al acto de desfragmentar el disco, que no se me ocurrió a mí pero una buena idea está para robarla. Así que si quieren robar la del APR tudo bem. Ya supe que la gacetilla del toque de Callejeros hizo furor. Tengo más de donde vino, así que estén atentos. Siempre me pasa lo mismo, es como que me constipo por una semana o diez díaz, y cuando se destapa el esfínter escritor (iba a decir creativo... ¡ja!) no puedo parar de tipear. Debe ser que inconscientemente pienso en cuántos díaz más voy a estar para escribir algo más, y la gervuenza interior me produce esta verborrea. Todavía tengo el olorcito del plato marisquense que se mandó el chef de Bien Despiertos incrustado en mis narinas. También tengo unos mocos raros, que en lugar de estalagmitarse, forman una capa pegadita a la piel interior del napo, que producen una incomodidad terrible, y que sólo he podido remover con ayuda de un alfiler (chicos, no hagan esto en casa. háganlo en la casa de alguien más, cosa de que si empiezan a desangrarse, sea la moquette de un amiguito la que quede arruinada para siempre. Ya me perdí, no sé en qué estaba, sigo mareado desde que puse el XP y no tengo sonido y la visualización es medio Vrg@. Además perdí un montón de fotos que había sacado en diciembre. Bueno, habría perdido todas de no ser por un respaldo que hice de pedo hace unos meses. Es que los álbumes el Olympus me los guardaba en el Application Data de Windows, pero XP-ete no se maneja de esa manera, así que me los hizo desaparecer. Durante quince minutos tuve una calentura tan grande que hubiera entrado en una confrontación verbal con alguien (quienes me conocen saben lo improbable de este hecho a PTN). Decí que ese cd apareció, además era un cd regrabable, podría haberlo borrado para copiarme algún video guarro, o algún disco que nunca me hubiera comprado y que al escucharlo descubro por qué nunca lo hubiera comprado. Igual no le perdono lo del único álbum perdido, y espero poder instalar la tarjeta de sonido hoy de noche, y sacarle las rayitas horizontales al monitor que parece que estuviera viendo M21. ¿Es M21, no? ¿El canal compartido con Telemúsica? Sí, M24 es la radio como-un-hacha. Lo único peor que soportar las rayitas horizontales de mierda, es soportarlas sabiendo que los kías las agregaron a propósito. Triste, muy triste. ¡Ay de ustedes! ¡Ay de ustedes cuando achieve al pico de mi sanidad! Qué escritura automática ni que dos (ocho cuartos es igual a dos). Acuérdense de participar en el Concurso de los Premios de la Acadeeeeemia, la Acadeeeeeee. Tengo seis o siete formularios, todavía tienen muchas posibilidades de acceder a ese preciado segundo lugar. Los papos legales y las nominaciones están en el post inmediatamente inferior. Lo que nunca voy a entender es mi costumbre de superpoblar los postigos con puntos y aparte, o de ignorarlos por completo. Sin medias tintas. Otro tema. Como es temporada baja y hay gente con tiempo libre como para leer todo esto, les adjunto el espich que realicé cuando presenté un premio en los Graffitti del año pasado. Que además continúa mi vieja rencilla entre escritores y músicos. Sin más: "Ser músico es una papa, lo difícil es ser escritor. Los músicos tocan los fines de semana en boliches llenos de minas que los idolatran. Yo una vez fui a un café literario un martes de tarde y para cuando terminé de leer mi primer cuento un par de veteranas se habían atragantado con los escones. Si sos músico estás acostumbrado al trato con el público, sabés mantener la calma en cualquier situación. Yo a las primeras entrevistas de radio que fui a hablar de mi libro tuve que llevar toallas femeninas abajo de los brazos para contener el sudor. Pero estoy mejorando. Hoy vine con protectores diarios. Así que antes que desborden les voy a presentar el premio para el mejor show nacional del año, categoría decidida por el voto popular." Para los colgados en discusiones musicales circulares, les cuento que el ganador fue La Trampa. Yo tengo la discapacidad de disfrutar tanto músicas muy elaboradas como otras sacadas en 2'. Y tengo la discapacidad de captar la diferencia. Sufran, orejas sabias. Bueno, me vino hambrita. Lo dejo por acá.

Nacho
"tienen todo febrero para vilipendiarme, mi shrink está de licencia"